Como reza el título del hilo, os voy a explicar para lo que sirve una hoja de reclamaciones. Exactamente para lo mismo que un rollo de papel que tengo colgado al lado del retrete: Para limpiarme el culo.
Como ya comenté por aquí en su momento, ante la falta de solución al problema (goteo de gasolina), la dejadez y el pésimo trato recibido, acabé poniendo una hoja de reclamaciones en el concesionario.
En el reducido espacio del que disponen, relaté todo lo acontecido desde el momento en que compré la moto hasta ahora, recalcando que no habían solucionado el problema.
Pues bien, hace dos días (casi cuatro meses después) recibí la resolución de la reclamación por parte del Servicio Provincial de Salud y Consumo, en la que ponía lo siguiente:
“Adjuntamos copia de las alegaciones que nos ha remitido la empresa en respuesta a nuestro intento de mediación, de las que no es posible probar comisión de infracción administrativa en materia de consumo, dando por finalizadas nuestras actuaciones.
Así mismo le recordamos que para la mejor defensa de sus derechos e intereses permanece expedita la vía judicial”
Las alegaciones hechas por el concesionario no son otras que decir que compré la moto allí el 5 de diciembre de 2007 y que el 16 de septiembre de 2008 me presenté para quejarme de la pérdida de gasolina, por lo que me cambiaron el depósito en garantía.
Por supuesto no aparecen todas las veces que tuve que ir desde el día en que la compré, en las que me tomaron por el pito del sereno y de las que, por supuesto, no queda constancia escrita alguna, porque como siempre se despachaban con un “ya hablaremos con Yamaha España”, o un “aún no hemos podido hablar”, la moto no entraba al taller. Ni tampoco cuando la dejé para la revisión, que también se los comenté. En la hoja de taller sólo figura “revisión”.
Pero es que, aunque me cambiaran el depósito, el problema persiste, como indiqué en la hoja de reclamaciones. ¿Entonces para los señores de consumo el concesionario ya ha cumplido? Te cambio una pieza y ya está, aunque no te arregle nada.
Voy a dejar de comentar nada más porque estoy encendido. Sólo os recomiendo que ante un caso similar os ahorréis la molestia y el tiempo de poner una reclamación. Se soluciona más montando el espectáculo en el establecimiento, cagándote en todo y luego no volviendo más. Al menos te desahogas. Porque esto es lo que he conseguido yo con buenas palabras y educación: Una moto sin arreglar, ninguna explicación por parte del concesionario y unos nervios a flor de piel. Aparte de toda la ilusión perdida por algo que había querido tener desde crío y que no había podido tener hasta hace bien poco.
Sin más, os pido perdón por el tocho, pero tenía que echar toda la mierda que llevaba tragando desde que compré la moto.
Saludos a todos.