Hola a todos.
Os dejo otro artículo sobre la conducción dirigido, como casi todos los publicados, a los principiantes.
Un saludo.
EL SUSTO.
Todos recordamos esos momentos en los que el organismo reacciona con una avalancha de adrenalina sobre nuestras terminales nerviosas. Bien. Brevemente, vamos a hablar de los sustos en moto. Qué hacer y qué no hacer cuando se producen y cómo utilizarlos para el futuro.
Podemos definir el susto, sencillamente, como una abrupta sensación de pánico. Se trata, en principio, de que ese pánico, inevitable por lo sorpresivo, tenga el menor efecto posible sobre la conducción de nuestra moto.
-Una vez salvada la situación, debemos sobreponernos enseguida, inmediatamente a ser posible. Hay que evitar que el pánico nos atenace en el momento y, sobre todo, que su influencia se mantenga después indefinidamente, enquistándose dentro de nosotros en forma de una desconfianza infundada, de una inquietud patológica, incluso de una fobia hacia el tipo de maniobra en el que hemos sufrido ese susto, o hacia la propia conducción de la moto en general.
-Olvidar, sí. Dejar a un lado el pánico, desde luego, y apartar del pensamiento inmediatamente la situación que acabamos de vivir. Sin embargo, después, una vez que nos hayamos detenido, debemos recordarlo, incluso comentarlo con alguien, y repasar punto por punto todo lo sucedido; sobre todo la posible causa que haya provocado el susto para evitarla en el futuro, y también nuestra reacción para mejorarla o cambiarla en el futuro de cara a evitar otros males.
Hay que aprovechar la experiencia del susto una vez que se ha producido y sacar de él lo mucho de instructivo que posee. Ya que lo hemos sufrido, conocer el porqué se ha producido y cómo hemos reaccionado supondrá un avance considerable en nuestra evolución como motoristas.
Las carreras resultan ser un cúmulo de experiencias en buena medida por la cantidad de sustos que se suelen producir en ellas. Lo he comentado con muchos pilotos y casi todos solemos hacer lo mismo. Se produce el susto, reaccionas al instante de forma seca y contundente, precisamente por esa máxima concentración y ese espíritu combativo que llevas sobre la moto. Un instante después de pasar el trance, lo olvidas, como si nunca hubiera pasado. Luego, cuando todo termina, lo rescatas de tu memoria -porque seguro que está ahí, grabado con la infinidad de detalles que la mente es capaz de percibir en esas situaciones de emergencia- y lo analizas pormenorizadamente. Las conclusiones de ese análisis son lo más valioso que podemos extraer de la experiencia de haber sufrido un susto.
Autor: Tomás Pérez
Director de la Escuela Mutua-Portalmotos