El otro día, un amigo me llevó de Cadiz a Sevilla en su TDM para recoger mi moto y traermela. Recordé lo que era ser paquete: evitar tocar con tu casco el del conductor, moverte lo menos posible para no molestar al que conduce, seguirle en las curvas, ver delante el melón del otro (y no el paisaje), hacer fuerza con piernas y brazos,...
Lo primero que hice al llegar a casa fue darle un gran beso a mi mujer y agradecerle que aguante tanto.
De vez en cuando deberíamos ser paquetes por un día, como cura de humildad.
V´ssssssssssssssssssss