En realidad, es el deseo. Tú deseas y eso es todo lo que importa. No piensas que es lo que ocurrirá pronto. Las faltas empezarán a manifestarse por si mismas. Bien, así que cometiste un error al enamorarte y casarte. ¿Qué haces ahora? Empiezas a llorar. Y tras haber llorado por si ella no te elegía, ahora empiezas a llorar porque te ha elegido. ¿Es eso mala suerte o una estupidez? Pero, al mismo tiempo, si ella mira a otro, entonces eso no es bueno tampoco, porque tu gran acto quedaría al descubierto. Tú tampoco eres lo que se mostraba en el cortejo. Pero ella es tuya, tu posesión. No es que la hayas comprado para ser exactos, pero ella es una especie de inversión. ¿Qué mas tienes?
Ahora hay un problema, pues todas las faltas que ves en ella parece que no están en muchas otras mujeres. Pobre idiota, ¿no ves que se cazan más moscas con miel que con agua? De todas maneras, ¿qué te detiene para que no te vayas? La ley por un lado, y por otro el hecho de que probablemente ahora te sientes más viejo y quizá un pelín más gordo y hay tantos galanes jóvenes alrededor... Y por lo menos ella está en casa. Si, la mujercita está esperando ahí entusiasmada a que llegues, con una comidita caliente y sus zapatillas puestas. O al menos ahí estaba al principio.
Vamos, amigo, ¿por qué te quiere? Si, ¿por qué te quiere? Es porque ella ve en ti material en bruto que luego puede moldear en precisamente lo que su mente codiciosa desea. ¿Crees que la estás consiguiendo? Quizá recuerdes esa canción que dice "el hombre consigue a una chica cuando ella lo atrapa". Es muy lindo, y una verdad.
Psicológicamente parece, y puedes preguntarte si es verdad o no, que una mujer se empareja con un hombre con la esperanza de que él cambiará, y un hombre se empareja deseando que ella nunca cambie. Los dos sufren por ello, pues la mujer cambia y no para mejor, y el hombre no cambia. Al menos ninguno cambia de una forma que el otro cumple con las expectativas.
¿Tú te crees que Adán quería a Eva o Eva quería a Adán?
Seguramente no. Dios solo los puso juntos y dijo que fornicaran y engendraran niños. Lo hicieron. ¿Lo disfrutaron? Probablemente no, porque si lo hubieran hecho Dios se hubiera molestado bastante.
¿Y qué otra cosa podrían haber hecho? ¿Te imaginas que hubiera pasado si Adan fuera gay? ¿o Eva infértil?
Imagina que el esperma de Adán hubiera sido de mala calidad. Que catástrofe. Pero Dios no era tan tonto de dejar que eso pasara, o quizá no fue Dios en absoluto, sino solamente el hecho de que no había niveles de radiacción significantes, que todavía no hubiera encontrado la Cocaina o la Marihuana, que la industria del tabaco no hubiera desarrollado todavía sus productos o que no hubiera todavía toxinas o productos químicos (DDT, aldrin, dieldrin, PCPs, dioxinas, furanos), suavizantes químicos plásticos como los Phthalates, los hidrocarburos (etilbencenos, bencenos, tuolenos, y xylenos), o cualquier otro tipo de polución en el ambiente. El estrés podría ser un factor añadido, pero como Eva era la única mujer que había por ahí, el estres emocional hubiera sido mínimo.
De todas maneras Eva no estaba enamorada de Adán, eso seguro, porque no estaba celosa ni era dominante. Podrías decir que es porque no había más mujeres de las que estar celosa, pero ese no es el punto. Una mujer puede estar celosa porque el hombre es un pastor que pasa más tiempo con su ovejas que con ella. Y con todo ese trabajo de dar nombre a las plantas y animales que Adán tenía que hacer, ciertamente él no pasaba mucho tiempo en casa...
Pero Adán tuvo hijos y estos tuvieron hijos y más y más hasta que a fecha de 16 de Junio del 2010 a las 19:44 GMT hay un total de 6.522.595.586 de nosotros, y subiendo. No hace ninguna diferencia si Adam y Eva eran una leyenda o no, porque somos todavía 6.522.595.586. ¿Crees que me he equivocado? Oh no, amigo, en los últimos cinco minutos han nacido 708 más personas de las que han muerto, y desde luego no ha sido por amor. Nacieron por el deseo o porque se está más calentito en la cama que fuera con todo ese frío. Otro factor es, por supuesto, el deseo de las mujeres de tener hijos. Para eso necesitan, al menos por un ratito, a un hombre.
Pero no vale cualquier hombre, pues necesitan a uno que aguante al menos hasta que los niños sean suficientemente mayores como para que sean autosuficientes, a menos que el estado eche una mano. En los viejos tiempos eso eran siete años, pero hoy son unos 35, justo lo suficiente hasta que acaben la Universidad, y para hijos posteriores añadir un par de años. Si tienes suerte, para entonces tendrás 60, con solo 5 años por delante hasta jubilarte. Y todo eso por amor.
Puede que haya algunas mujeres con corazón valiente que lo tienen en solitario, porque, ¿para que mereces tú la pena? No estamos hablando de tu riqueza, sino de lo que has hecho realmente con tu vida... No mucho, eso es seguro. ¿Por que no? Ella tiene su excusa, se casó y sacrificó su futuro por ti y su familia. Ahora ella es vieja y no es apta en nada, y tú no la quieres, y todo lo que eres capaz de hacer es sentarte aquí y allá sin hacer nada, gastando el tiempo con tus otros estúpidos amigos hablando de política, fútbol y motos.
Relaciones
Todo el mundo habla de sus relaciones. O por lo menos las mujeres lo hacen, los hombres no hablan de ellas, pero están igualmente angustiados porque no funcionan. Pero, ¿por qué deberían funcionar después de todo?. Una relación es entre dos personas, dos individuos, una mujer con una mente y objetivos diferentes que son generalmente extraños para el hombre, y el hombre que realmente tiene pocos objetivos aparte de su libido, y para lo demás simplemente quiere que las cosas estén quietas y calmas.
Es muy bonito cuando en la biblia dice que algún dia el cordero dormirá con el lobo, pero los corderos son muy poco útiles y muy confundidos y los lobos saben precisamente que es lo que quieren. En la esfera humana, por supuesto, la mujer es más como una zorra que como una loba, y el hombre es más un conejo que un cordero. Por supuesto ya sabes quien gana en este tipo de situaciones. El problema es que los hombres no quieren ser involucrados con todas esas palabras y recriminaciones. Él simplemente dice OK y deja que ella haga lo que quiera. Hay momentos en los que se mantiene firme en contra de los argumentos, los motivos, el chantaje emocional, las lágrimas y "las caritas". Tu sabes lo de las caritas... ¿verdad? Dice, "vale, haz lo que quieras, y yo sufriré silenciosamente". Si solo fuera sufrimiento de su parte no sería tan malo, pero el sufrimiento va a más y su cara empeora con signos elocuentes de gran sufrimiento y sacrificio.
¿Por qué te sientes culpable? Porque ella es del sexo débil. Pero que gran mentira es esa. Ella tiene todas las armas y tú eres un blanco fácil, un conejo que corre en círculos. Puedes ganar en todos los argumentos teóricos que quieras, pero cuando algo realmente le importa a ella, ¿quién gana? Ella gana, pero te hace creer que has ganado tú.
¿Hay alguna duda de que las relaciones son un problema? ¿Te acuerdas de la última vez que viste a un hombre ser feliz? Cuando estaban en la mili, con otros hombres. Claro, ellos escribían esas cartas y les gustaba recibirlas, pero, ¿dónde reían más? Cuando disfrutaban era con las relaciones que no estaban ensuciadas con el sexo, en la mili, en el servicio de bomberos, en la policía o en cualquier otro grupo uniformado donde no hubiera mujeres alrededor. Naturalmente, ahora es diferente. Ahora tienen que observar bien lo que dicen y hacen por miedo a ofender. Pero lo peor son esos juegos de amigos que han pasado a primer plano.
No hay nada para destruir un buen grupo de camaradas con buen humor, como la presencia de una mujer. El único lugar donde el hombre está a salvo un par de horas es en el equipo de futbol, de atletismo, tenis, golf, con sus amigos moteros y otras actividades exclusivas donde los hombres y las mujeres no compiten. Todos los buenos momentos han venido de la mano de los clubs y foros. Y no es que ellas quieran lo que vosotros tenéis, simplemente ellas no quieren que vosotros lo tengáis.
¿Te das cuenta de que el único sitio donde estás completamente a salvo de las mujeres es en el servicio de hombres, y que eso es solamente debido a esos urinarios tan altos? Pero pronto, alguna mujer, buscará la manera de usarlos también.
¿Cómo es humanamente posible que haya silencio cuando uno de los dos quiere hablar? ¿Como puede llevarse una vida simple cuando el otro quiere más de todo? ¿Para quien es el último billete de 50 euros disponible para comprar, cuando los dos queréis comprar? ¿Cuantos pares de zapatos tienes? ¿Jerseys? ¿Camisas? ¿No tienes incluso demasiados calzones? Y no preguntaré por los de ella, sus vestidos, faldas, pantalones, trajes, bufandas, guantes, pantis, sombreros y más. No quiero porque lo sabes perfectamente. Ella dice que lo compró por ti. De hecho, puede que recuerdes algunos de ellos por el flash que te causó al verla salir por la puerta cuando iba a reunirse con sus amigas, o a trabajar. Tú tienes el mismo traje desde hace años y miles de corbatas y calcetines con los que combinarlo. Pero probablemente lo de combinar no sea lo tuyo.
¿Tienes un móvil? Seguro, como no. Ella también lo tendrá. ¿Has comparado las facturas y separado las llamadas que son del trabajo? Pero hay más. Ella realmente tiene la casa que quiere, por el momento. Tú tienes el coche que quieres. Muy bien, pero piensa otra vez en ello. ¿Lo tienes? ¿No preferirías tener un deportivo de gama alta o un Discovery para explorar el campo? ¿Y qué tienes? ¿Por qué?
En todo caso no tienes los ingresos suficientes para comprar uno. ¿Dónde se va el dinero? Por lo menos ella a lo mejor también trabaja. Pero hay una norma familiar que estoy seguro que te has dado cuenta y que no está escrita en ninguna parte. Lo que es tuyo, es de ella también, y lo que es suyo es suyo. Pero no todas las mujeres usan la misma escoba de barrer, eso es verdad. Algunas tienen su propia escoba, una escoba de brujas. Ahá, tú sabes eso.
El problema está en la palabra "ralación", pues se aplica a las relaciones humanas entre hombres y mujeres. Es otra palabra imposible, como es "Amor". Mirando hacia atrás es uno de los grandes enemigos y la mujer tiene una memoria fenomenal para los detalles. Ella puede recordar la mancha de huevo que tenía él en la camisa cuando se conocieron. Él no puede recordar cuando o donde, a menos que se lo recuerden en cada aniversario. Cualquier cosa que él hiciera alguna vez se quedará grabado en su memoria para ser usado cuando sea apropiado.
De todas formas tenemos suerte de que en la puerta del cielo no hay una mujer, pues de seguro no habría ni un solo hombre que la cruzara. En realidad sería mejor si los hombres no la cruzan, por si el cielo estuviera lleno de mujeres con grandes virtudes, o al menos aquellas que han llenado las iglesias y han sido absueltas una y otra vez. ¿Quién quiere estar ahí? ¿Puedes imaginar la música que tocarían con sus arpas? Claro: "Porque está Mamá besando a Santa Claus" y toda clase de canciones sobre lamentos por Sinatra o Crosby si son mujeres mayores, o las canciones de estos guaperas robacorazones si son más jóvenes.
¿Alguna vez tu mano izquierda se ha quejado de que tu mano derecha no está haciendo su trabajo? Esto de hacer la parte que a cada uno le corresponde, se ve en cada aspecto de la vida. Es un caso de "mi parte" y "tu parte" y no de "nuestra parte". No hay una idea anarquista de que cada uno hace lo mejor que puede sin recriminaciones. Hay como una especie de contrato social que está siempre abierto y cambiando, dependiendo de los caprichos e ideas de uno u otro. Que estupidez más absoluta. ¿Un contrato social para una unidad natural? ¿Qué hace ella? Se queja y te machaca de tu falta de unidad. Ella sabe que clase de error cometió, pero te amó una vez. Que gran majadería. ¿Y tú que haces? Te callas y te das cuentas de que las cosas no son como eran. Los dos cometisteis un error. Las cosas hubieran sido distintas si tal... y tal... y tal...
Otro problema es el hecho de que cada uno tiene diferentes actitudes, diferentes opiniones, diferentes creencias y diferentes gustos y no gustos. Pero resulta que estas no son diferencias sobre grandes asuntos. Al parecer hay muy pocos puntos en los que estais de acuerdo incluso en las cosas más triviales, como donde dejar las llaves del coche, donde hay que poner los platos con el borde azul, cuando hay que lavar los platos y quien lo hace, quien está a cargo de... etc, etc. Empieza la lista ahora, y dentro de dos años todavía la estarás escribiendo. Y si hubiera alguna discusión por estas cosas, todo se tornará en acusaciones.
Puede que tú cierres la boca, pero ella quiere seguir hasta ganar. ¿Por qué? Porque ella tiene razón. A ti ni siquiera te importa un comino quien tiene razón. Tú solo quieres la paz. Puedes decirle que se calle, pero hoy en dia a eso se le llama abuso mental. Puedes callar y largarte. Pero hoy en día a eso se le llama crueldad mental. Quizá hubiera sido mejor no hacer la lista, callar y sufrir hasta que mueras, y mantenerte al margen tanto como puedas, viniendo a casa solo para comer.
Por supuesto eso no funciona tampoco, pues la comida resulta que tampoco es lo que era. De todas formas, ella tiene razón. Si, a ti no te importa lo que ella tiene que aguantar durante todo el día. Ciertamente, no la aprecias. Pero, ¿qué es lo que ella tiene que hay que apreciar? Por supuesto no es su culpa. Tampoco es tu culpa de todas formas. ¿De quien es la maldita culpa entonces? De las miserables identidades de cada uno que demandan su autonomía y su kilo de carne diario...
Ello por supuesto nos lleva lógicamente al siguiente punto de disidencia, el futuro. Hay una gran incertidumbre sobre lo que va a pasar. Ya están las cosas tan mal ahora, así que como se pondrán. ¿Cómo terminará? ¿Qué puede hacerse? Él dice: "mierda, ella se puede quedar con todo si quisiera". Ella dice: "no estoy preparada y soy más vieja". Y por supuesto están los niños que tienen que quedarse en casa hasta los treinta. Que desastre. El futuro de ambos es tan estéril como el de un caracol muerto. Ninguno quiere dejarlo realmente, pero tampoco se aguantan. ¿Qué harán? Se convertirán en sujetalibros, sujetando nada en el medio excepto deudas y niños. Si eres uno de ellos y eres excesivamente afortunado imitarás a Simon y Garfunkle. Tú leerás a Robert Frost y ella a Emily Dickenson, y de vez en cuando os echareis una mirada, sonriendo suavemente, pero por dentro diciendo "mierda".
Pero lo peor es la falta de honestidad y las mentiras. ¿Qué es lo que no quieres que sepa el otro? No es que estés teniendo una aventura con su mejor amiga o que el vecino soltero venga demasiado a menudo a por azucar. Eso es para las telenovelas. El problema es que ninguno de los dos quiere que se invada su vida secreta. Ella tiene sus romances en la cabeza. Tú tienes los tuyos. Ambos sabéis que el otro se reiría de la estupidez del otro y lo llamaría infantil. Entonces están las pequeñas cosas que cada uno hace que el otro no sabe. Las pequeñas cosas que cada uno compra con el cambio. La cerveza escondida o la tarta de crema batida. Y también el tipo de cosas que solo se cuentan a amigos del mismo género.
No, el problema no son las grandes mentiras que salen a flote, sino las pequeñas mentiras cubiertas de desagradables diferencias, y la clara falta de entendimiento entre uno y otro. En otros tiempos el chiste era que cuando el hombre encontraba a una chica joven y esta le pregunta si estaba casado, el decía "si, pero mi mujer no me entiende". Eso hacía que todo funcionara. Pero ahora, nadie pregunta si está casado hasta que es demasiado tarde, y que más da entonces de todas formas. Vale, es cierto. No tienes ni la menor idea de lo que ella piensa o lo que te oculta, y ella no tiene ni idea de tus secretos.
Y el problema es que ambos sabéis que hay mentiras. Así que no es la mentira en si misma el problema, sino el hecho de que la verdad no se conozca. Que tontos que somos.
El siguiente en la lista de problemas son las molestias y frustaciones asociadas con las responsabilidades domésticas. Esa palabra es horrible, ¿no? ¡Responsabilidades! Suena como si fuera una enfermedad peor incluso que el sarampión o la tos ferina. Bueno en realidad lo es, y puede convertirse en la "peste negra". ¿Donde lo pillaste? Primero, de tus padres, se agravó en el colegio, creció hasta convertirse en una irritación en la iglesia, enconado en la sociedad y el trabajo, y la llaga llena de pus y sangre apareció en tu propia casa. "No estás siendo responsable". ¿Quién dijo eso? ¿Cuales son esas responsabilidades? Son las que ellas dicen que son. Esa es la primera cosa que los hombres tenéis que aprender. Y lo que es más, el estado, la iglesia y la sociedad están del lado de ella en eso. Sus amigas estarán con ella, así como sus padres. Incluso tu madre estará con ella y le ayudará, a pesar de que no le guste mucho pues piensa que nunca fue la apropiada para ti.
No hay responsabilidades. ¿Tienen los perros y los gatos responsabilidades? No. ¿Y las ranas y los elefantes? Incluso hace miles de años los tigres de dientes de sable y los mastodondes no tenían responsabilidades. Pero tú, el moderno, el llamado inteligente y realmente sensible hombre, tiene responsabilidades. ¿Y quien las pone? Ella lo hace. Que locura. Pero la tragedia es que ella también se las pone a si mismas. Pone tantas responsabilidades que está sobrecargada. Y luego dice "Tengo demasiadas responsabilidades". ¿Cuales son? Los niños, la casa, sus padres, y luego tú, en ese orden de importancia.
Por supuesto, la casa incluye mil y una cosas así que tú estás en lo más bajo. Pero eso está bien, pues tú eres una responsabilidad para ella ya que tú no haces lo que deberías y eres un irresponsable... lo que te hace subir otra vez en la lista porque tú tienes la culpa de los problemas con los niños y la casa.
Es una gran fortuna que no seas responsable de sus padres, o al menos, claro está, hasta que ella decida que si. ¡Ah si! otra cosa de la que eres responsable es de sus problemas y del estado de su vida.
El siguiente en orden es la frustación de tomar decisiones sobre cualquier cosa. Si estuvieras solo, las decisiones no serían un problema. Tu decidirías y luego, si algo va mal, se corrige el problema. Tú puedes hacer eso con seguridad y confianza en ti mismo. Y si algo va realmente mal con alguna decisión, y hay problemas, y no puedes corregirlo, pues entonces te encoges de hombros y aprendes para la próxima vez. Esa es la manera, ¿o no?. Sin embargo, ella cree que se deben tomar decisiones que son correctas no solo a menudo, sino siempre.
Así que las chicas aprenden la impotencia de las decisiones. O bien están completamente perdidas porque se sienten inadecuadas, o bien insisten en tomar decisiones correctas. Así que, ¿como podéis ambos estar de acuerdo en alguna decisión? Ella puede dejártelo a ti, pero entonces tú tendrías que estar constantemente escuchando lo que hiciste mal durante los próximos veinte años. Si se lo dejas a ella y va bien, tú eres una cagada, y si va mal, también eres una cagada. Si tratas de hablar de ello, nunca os penéis de acuerdo con los criterios, y la forma de pensar acerca del problema es diferente y cada uno tiene sus propios objetivos y formas de verlo.
Ella podría preguntar a sus amigas y juntas tomar la decisión más incorrecta colectivamente. Tú no preguntarías a tus amigos porque quedarías mal, o si lo haces de todas formas los ibas a ignorar. Examina todas esas miles de decisiones, mi amigo, y date cuenta de que solo hay una que tienes que tomar: cambiar y ser una criatura humana natural, tirando a la basura tu ego, o ser un esclavo de tus deseos para el resto de tu vida.
Luego viene el problema de las relaciones íntimas. Seamos realistas, los hombre no son y nunca fueron una criatura de una sola mujer, y las mujeres tienen que emparejarse con el mejor macho disponible por naturaleza. Ella pensaba que eras tú. Lo que solo prueba la clase de errores que la Identidad comete. Así que si tus ojos se van detrás del sexo, ¿por qué te quedas con una? Es fácil. En tiempos prehistóricos había solo un jefe, que era el mejor y tenía a todas las mujeres. Los otros machos luchaban por las sobras. Tus antepasados eran de ese grupo, que se conformaban con lo que podían y la mayor parte del tiempo estaban sexualmente frustrados y muertos de hambre.
Las mujeres tenían un problema también, pues al menor capricho les cortaban la cabeza o eran desplazadas a la posición 200 en la lista, o pateadas para que los hombres inferiores tuvieran su festín. Por supuesto cada una peleaba por la primera posición con grandes esperanzas puestas en que al tener un hijo, su seguridad quedaría garantizada cuando este destruyera a su propio padre, quizá con su ayuda. Pero desafortunadamente eso no era lo que generalmente sucedía. Pero con tiempo y habilidad, ellos, el otro sexo, se las apañaron para limitar el número de mujeres disponibles para el jefe. Las que sobraban, fueron emparejadas y todo el mundo fue aparentemene feliz.
Pero, hoy en día, ellas todavía quieren al jefe, sea lo que sea eso. Si, ese caballero con una armadura azul y brillante, enfundado con una espada y un racimo de rosas en sus manos (rojas, por supuesto), esperando a decirle a ella que es la primera y la única y que sus hijos (e hijas) serán felices para siempre. Mientras está en esta fantasía, la miras a ella y recuerdas como era de verdad. En realidad no recuerdas nada, pero tu inconsciente si.
¿Tienes a una princesa en particular en mente? No, cualquiera vale, pero prefieres a una a la que, tras sacarla de su caja, puedas pulsar el botón de encendido y luego apagarla cuando estés cansado. Por supuesto, ella tiene que tener varios programas disponibles para cuando lo necesites, como sexo, ama de llaves, ayudante y enfermera. El programa estaría, por supuesto, diseñado para que sea obediente y silenciosa.
Pero, amigo mio, la lista de problemas en las relaciones todavía no ha terminado. El pasado, presente y futuro de los títulos acedémicos es un problema. No es que ella sea más inteligente delante tuya, sino que quiere sobrepasarte. Lo que odias es ver un título meritorio de ella en la pared. Todo lo que puedes poner tú en la pared es un certificado de nacimiento, un premio por ser el mejor conejito en un vaile de disfraces, o tu baja con honores militares si estabas en ese grupo. Ella quiere un título en condiciones. ¿Como se siente, amigo? ¿Es la palabra "inútil" apropiada?
Por otro lado quizá fuiste a Harvard, Yale, Darmouth, cornel, MIT, Sanford o Berkley y ahora ella quiere un título igual. ¿Para qué? Tú sabes lo realmente inútiles que son tus títulos. Si no fuera por la cosa social, no servirían ni como papel higiénico. Así que ahora ella quiere gastarse el dinero en educarse. Intentas explicarle que Florence Nightingale era mejor que Fleming y Freud. Así que ella te recuerda a los Curies. Luego le dices "no necesitamos el dinero", cuando en realidad si. Ella dice "sabes que no es eso, es solo que quiero crecer". Ella te mira como si tú no hubieras crecido, lo cual es verdad. Encojes tus hombros porque sabes que no puedes ganar. Luego ella asesta el golpe final a tu masculinidad. "Quiero ser alguien y ayudar a otra gente". Ella quiere ayudar a otra gente pero no puede ayudarse ni a si misma. Mierda.
Luego vienen las recriminaciones y las comparaciones. Llegas a casa y te la encuentras con ese album de fotos antiguo. Ya sabes cual es el que digo. Tiene las fotos de ella antes de que cometiera el gran error. Este es el album con todos sus pretendientes. Hay una con Enrique ahí, que es un famoso neurocirujano. También está Carlos que es vice-director de Microsoft, tan solo por detrás de Bill Gates. Enrique Rodríguez también está ahí. Lo recuerdas porque fue segundo en las finales de Mister España. También está ahí Chester, que es el mejor peluquero de Madrid. Te acuerdas de la última vez que miraste por encima de su hombro y dijiste que probablemente era gay. Fue un error. Así que ahora lo que haces es mirar por encima de su hombro tratando de parecer interesado, mientras miras a las tias buenas que aparecen en la foto. Pero no preguntas quienes son, porque ella te diría que, o no lo sabe, o que es una zorra, o que se ha casado y tiene cuatro hijos, o que es una prostituta en Miami porque su marido le dejó sin un céntimo con tres niños que mantener. Así que mejor no digas nada, mi amigo, y deja que haga todas las comparaciones que quiera.
Tú, por otro lado, sabes que pasa cuando sacas a la luz los nombres de tus antiguos amores. Por supuesto, no tienes fotos. Fueron todas arrancadas en un arrebato después de iros a vivir juntos cuando le enseñaste una foto de Raquel Perez, que conociste en Barcelona cuando estudiabas allí.
Ella buscaba tu tesoro y lo encontró. Tuviste que asumir la postura de que Raquel no significaba nada para ti. Sin embargo de alguna manera ella sabe cosas de todas ellas y de sus defectos, o te hubiera dicho "No sé que viste en ella". En realidad ella era la más hermosa de las muchachas con las que saliste. Su otra táctica es decir "Hmmm, no sé que pudo ella ver en ti". Hermano, no puedes ganar.
Ni siquiera puedes hablar sobre ello pues el siguiente problema es la comunicación. No hay, pues es en una sola dirección. Tú sabes quien estará hablando y quien escuchará. Toda comunicación es usada para ganar argumentos, así es como es. Tú no puedes ganar, así que no dices nada. Puedes intentar decirle que la comunicación es simplemente decirle al otro como te sientes. Ella dirá "Sé como te sientes, pero tú no sabes o no te importa como me siento yo". Tratas de decirle que la comunicación no es sobre sentimientos. Eso es un error, porque con toda seguridad lo que escucharás es que tú no tienes ninguno, y después la lista de cosas que no te importan. Eso es comunicación.
Hablar significa comunicación en este mundo. Pero, ¿de qué hablais? Ella no tiene ni idea de deportes o política excepto que le gusta Zapatero por su aspecto, o bien odia a Zapatero por su moralidad. Ella no necesita saber si es de derechas o izquierdas, porque todos son al final lo mismo. Finalmente, eso es algo en lo que estáis de acuerdo.
En realidad la comunicación no existe, porque es solo una palabra. La comunicación solo existe cuando hay falta de la misma. De otra manera hay una interacción natural en todos los niveles con o sin palabras.
El siguiente problema en la lista es la idea de que uno no está recibiendo suficiente atención de la otra parte. ¿Y qué atención necesitas tú? Realmente la única que necesitas es acerca del confort. Tú casa es, al menos en teoría, tu castillo. Hubo un tiempo en que esta era la "guarida" del hombre. No tanto como un castillo, pero era al menos un lugar donde él podía poner los pies encima de la mesa, tener las cosas tiradas, y sentirse como el rey león. Podía estar con su pipa y en zapatillas, con un buen libro, y relajarse. La cocina era para ella, y por supuesto el resto de la casa.
El jardín era tuyo si es cesped, pero tenías que cortarlo. Las flores eran de ella, pero eras tú el que tenía que plantarlas. Si había espacio para verduras, eso era tu territorio. Pero había bastante paz para todo eso porque tú estabas por ahí en alguna parte. Pero, si tú no estás por ahí cerca, ¿dónde estás? Esa es la pregunta. No estás con ella. Ella controla el tiempo, y por lo tanto un dia decide que tú no estás con ella el tiempo suficiente. Suficiente significa físicamente. Como ves, tu tiempo es suyo. Ella puede decir que parte le corresponde, si quitamos el trabajo y los deberes. Lo interesante no es que cuanto tú estás, eres un problema, sino que cuando no estás (y deberías), eres un problema también.
Hombre de la casa, ¿sientes tú su ausencia (cuando hay un problema externo)? Claro que si. ¿Porqué? Porque ella no está contigo. Ahora tu asumirías que, si hay dos personas que se sienten abandonadas por su compañero porque no están juntas suficiente tiempo, estarían "juntas" cuando están juntas. Pero no es eso lo que sucede. Como ves, no es que ambos quieran que el otro esté ahí. Cada uno quiere que el otro no esté en cualquier otro sitio. ¿No te parece que eso es un poco disparatado?
Pero estar ahí significa, para ella, que tú tienes que escuchar lo que dice... escuchar realmente lo que está diciendo. Eso es algo que tú nunca puedes hacer, porque a duras penas entiendes que es lo que pasa por su cabeza. La ciencia dice que el cerebro de un dinosaurio era del tamaño de una nuez. Algunas veces piensas que ha debido de haber una mezcla en algún momento. Ese es el tamaño de su cerebro, y a pesar de ello todas esas palabras salen de esa pequeñita cosa. Pero por lo menos piensas que ella estaría ahí para ti.
No necesitas un cerebro para eso. Todo lo que ella necesita es escuchar y hacer lo que tú le digas. "Tráeme una cerveza, amor." ¿Crees que ella no tiene otra cosa que hacer que llevar una cerveza a ese vago pedorro? Lo hará, por supuesto, pensando mientras tanto que él debería ir a cogerla. "Cariño, (y la voz se pone suave), te necesito un momento". ¿Realmente cree ella que es tan facil sacarte del sofá cuando estás viendo el partido para hacer algo tan estúpido como parar la tetera cuando se sale todo el agua hirviendo mientras ella hace los sandwiches?
Finalmente están las molestias y problemas que hay que tratar en el dia a día. Es sorprendete que, los niños, si están libres de problemas graves, raramente son un problema importante excepto como parte de este concepto de estrés. Pero el problema es que los niños son bastante a menudo armas de guerra, y tú sabes quien es el dueño de los niños.
En realidad nadie posee a los niños pero hay una madre y un padre. Presumiblemente tú eres el padre, pero eso significa poco, porque hiciste poco, solo plantar el esperma. Ella hizo el resto y mientras la ciencia no permita a los hombres tener hijos sin mujeres, tú continuarás siendo un ciudadano de segunda clase en este aspecto. Ella sabe que es lo mejor para ellos. Tu responsabilidad es pagar y ser un buen padre.
Pero, ¿qué es un buen padre? Ahí es donde muchas de las molestias empiezan. ¿Quien pone los estandadards y las reglas? ¿Tú? No me hagas reir. Eso era en un viejo programa de TV llamado "Los padres saben mas", pero en la realidad tu sabes quien sabe más: ella y su madre. Si, es un fastidio tener que nombrar a su madre pero ahí está.
Hay premio para el que haya llegado hasta aquí.
