Como decía en mi post de presentación me gustaría compartir con vosotros la solución a un pequeño problema que me dio bastante guerra. Va a ser un ladrillo pero si le sirve a alguien esta es la historia...
La moto es una FZS600 de 2003 a la que, desde hace unos años, le hago yo mismo el mantenimiento habitual.
El caso es que poco tiempo después de cambiar las bujías por unas de iridio empecé a notar los primeros síntomas:
- Sonido del motor al ralentí no del todo "redondo", como si fallara algún cilindro en ocasiones.
- Arrancaba perfectamente pero, una vez que calentaba el motor, en las salidas desde parado y al ir a punta de gas daba la sensación de ratear.
- Más adelante empecé a notar pequeñas explosiones al dejar de acelerar desde altas revoluciones.
Por los síntomas parecía que fallaba la chispa y como hacía poco tiempo que había cambiado las bujías volví a poner las anteriores por si era fallo de las nuevas pero el comportamiento siguió igual.
Pasé entonces a cambiar las pipas de las bujías por unas NGK sin mejorar los resultados.
Como tenía la posibilidad de probar con otras bobinas (de otra moto igual) lo hice y se solucionaron todos los males.
Aunque las bobinas originales traen los cables fijados a ellas quería comprobar si el fallo estaba en el interior de alguna de las bobinas o en el cable así que empecé a desarmar:
Los cables están pegados a la bobina y al tirar se rompieron los tapones plásticos:
Lo solucioné fundiendo y pegando el plástico con un soldador:
El cable lo compré por metros (menos de 10 €). Eché cola termofusible para sellar los tapones. Visualmente quedó bastante feo pero no creo que entre humedad al interior de las bobinas:
Sólo me faltaba lijar algunos puntos de óxido y volver a motarlas para probar.
El resultado magnífico, vuelvo a disfrutar de una suavidad en la moto que ya no recordaba.
Seguramente el deterioro de los cables fue un proceso lento del que no llegué a darme cuenta hasta el final.