Siempre me ha gustado el fenómeno de las motos y pilotos "cafe-racer", ya sabéis esos jovenzuelos ingleses de finales de los años 60 que montaban en motos trucadísimas y se reunían en las cafeterías para charlar de motos. Al comprar la Fazer (bueno, FZ6N), el juego de palabras estaba canta...