Este pasado sábado, superando una pereza supina, me enfundé los hábitos y a las 4 de la tarde (tras opíparo agasajo comunionero), salí a dar una vuelta.
Al ir solo se disfruta del paisaje, de la carretera, pero tampoco tienes aliciente para parar a hablar con los colegas de cómo va la ruta. Así que entre una cosa y otra, me hice 300 km de una sentada.
En llegando a casa (cerca de las 9 de la noche), me tocó montar un conjunto de mesa y sillas para el patio, y preparar una barbacoa nocturna. Tampoco me iba a quejar ... después de haber estado desaparecido toda la tarde


Os animo a hacerlo (lo de salir, no el curre de después

V´sssssssssssss.