El auténtico emblema del motociclismo neoclásico. Una moto espiritual como pocas que seguro que a algunos les recordará a los Beatles, a Steve McQueen, a la campiña inglesa y también a la poesía más apasionada que jamás se ha creado a lo largo de la historia de las letras.
Aparte de eso, esta moto representa el puro placer conduciendo. Una sensación dulce como el almíbar. Todo, incluso el crudo trayecto hasta el trabajo, lo convierte en un exquisito paseo reservado para el gusto más sibarita.
Con ésta, creo que han sido en total 3 semanas las que he probado las distintas versiones Bonneville y cada una de las veces que la he devuelto, me ha resultado difícil desprenderme de ella.
Espero que os guste:
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