Después de un excitante, fogoso, sabroso y reparador 69 con su
novia, Alberto se acuerda que tiene una consulta con su odontólogo en esa tarde.
Alberto teme que el dentista note su aliento de vagina y se cepilla los dientes 457 veces, pasa el hilo dental 248 veces, y se gargarea 15 litros de Listerine..
Llegado al consultorio, se chupa 25 caramelos de HALLS y es atendido por el dentista, quien le manda sentarse en la silla.
Posicionado y con la boca abierta, Alberto se tranquiliza y deja al profesional hacer su trabajo.
El dentista se aproxima a la boca de Alberto y afirma categórico:
-¡Caramba Alberto! ¿Como se te ocurre hacer un 69 antes de venir al dentista?
-¡Doctor!, ¿Todavía tengo aliento a vagina?
-¡No cabrón.!!! ¡la frente!!, aún te huele a culo!!!!.