Este fin de semana el Mundial de MotoGP visita el circuito Bugatti, un pequeño trazado ubicado en el interior de la mítica pista de las 24 Horas de Le Mans, pero que poco o nada tiene que ver con la misma. Es más, visto el gráfico superpuesto de ambos trazados (al final del post), da hasta risa pensar que a este pequeño circuito se le pueda denominar comúnmente Le Mans, confundiendo al personal que puede caer en el error de pensar que por esta revirada pista se disputan cada año las legendarias 24 Horas.
El circuito, situado a 200 km al sudoeste de Paris, alberga competiciones de motor desde finales de los sesenta. No obstante, en 1995 el circuito cayó del calendario del Mundial tras el gravísimo accidente de Alberto Puig, y no fue hasta el año 2000, una vez efectuadas las mejoras de seguridad pertinentes, que las motos del Mundial volvieron a rugir en el trazado francés.
La pista tiene una corta recta de solamente 450 metros, y reparte sus 13 curvas en una mayoría a derechas, 9, y las 4 restantes a izquierdas, por lo que los neumáticos sufren especialmente en su cubierta lateral del lado derecho. Sus curvas premian a los que mejor apuran las frenadas. El líder del Mundial, Casey Stoner, así lo confirma: “En Le Mans hay que ser muy eficaz en la frenada”. El australiano cree que también “se necesita una moto ágil en la salida de las curvas lentas, porque hay mucho “stop and go” entre las rectas”. Vaya, lo que es lo mismo, que su ventaja de potencia sobre el resto no será tan desequilibrante. De hecho, todos apuntan al circuito Bugatti como un circuito Yamaha por excelencia.
Y finalmente, lo prometido: esa manchita verde que se ve en el interior del trazado de las 24 horas es donde este fin de semana se disputará el Gran Premio de Francia. ¿A qué ya no da la misma sensación eso de “las motos corren este fin de semana en le Mans” una vez visto el gráfico?
Vsss.
