GORGUEL escribió:A mi lo que me da miedo
Exacto.
es que personas que nos llaman a todos gilipollas
¿paranoias?
que ya por hay vamos mal
Si, vas mal.
hagan alarde de la anarquia y el desorden
¿quien? ¿el qué?
poniendo de "borregos" a los que no estan de acuerdo con su pseudosistema en el que todo vale
En realidad no es así.
Lo que sucede realmente es que tú eres de los que piensan que todas las actividades humanas tienen que ser controladas, y además de la siguiente manera:
1.- Piensas erroneamente que prohibir hacer cosas te hará más seguro. La realidad demuestra que ello no te hace estar más seguro, como viene demostrándose a lo largo de los años, a más prohibición mayor inseguridad. Podemos hablar extensamente de este tema si estás dispuesto a ello. Mejor por correo para no seguir de off-topic aquí.
2.- Que el castigo de cualquier tipo, y cuanto mayor sea mejor, reforma a la gente. Está demostrado que con cuanto más odio se trata a la gente, con mayor odio responden. Efectivamente, el odio no puede curar el odio.
y ay del que piense que no, casi que mejor que los que piensen así se marchen a otros paises donde haya mas libertad que aquí y mas permisividad que seguro que hay muchos.
Eso es fascismo, y haces gala de una extrema intolerancia producido por el miedo y el odio. Así consiguieron el poder todos los dictadores y pseudodictadores, y exactamente eso es lo que hacen ellos.
Por ejemplo, se calcula que en la época de Stalin y Lenin (regimen socio-comunista a más no poder), se cargaron unos 30 millones de personas contrarias a ese tipo de control. Hitler, otro socialista aunque este más corporativista, se cargó a 6 millones de personas que eran diferentes.
Puede que parezca que hay una gran brecha entre tu suave y aparentemente inocente fascismo de empezar a controlar las pequeñas cosas de la vida, pero te diré que eso siempre va a más si no se pone freno.
Yo creo que la gente debe entender, de una vez por todas, que las leyes preventivas opresoras no son buenas en ninguno de los sentidos, salvo casos extremadamente graves (como poseer misiles o material radioactivo o cosas así). En primer lugar, esas leyes no suelen evitar casi nunca el delito, pues el que quiere cometer el delito lo comete igual, aunque sea a escondidas. En segundo lugar, suelen tener graves efectos secundarios en terceros, limitando su libertad. En tercer lugar, no siempre está clara y demostrada la relación entre prohibir unas cosas con el daño real.
Te pondré un ejemplo: el límite de velocidad a 110 (o 120 o lo que quieras). Realmente eso no ayuda a tener menos accidentes. Sin embargo limita nuestra libertad. Además, la gente va a seguir yendo a la velocidad que quiera, auqnue eso si, ahora con la paranoia de los radares. Y en última instancia, no hay una relación tan extremadamente directa entre el daño con los accidentes, pues según algunas encuestas menos de un 7% de los accidentes se podrían haber evitado por ir a menor velocidad.
Puedes aplicar la misma regla de medir a infinidad de leyes preventivas nacidas del miedo y el control, como la ley sinde, la de prohibir circular por caminos, el justificar el precio del tabaco porque es malo, el no poder beber en la calle, el canon, la presión que ejercen en negocios, etc, etc, etc... prácticamente podríamos estar un mes listando leyes y leyes y leyes formuladas de forma preventiva que prácticamente no dejan margen de movimiento a los ciudadanos.
Claro, al final todos nos saltamos a la torera la mayoría de esas normas. El que más y el que menos alguna infracción comete al día en cualquier ámbito de la vida, SEGURO.
Y lo peor es que esto siempre va a peor, porque la gente no se da cuenta que limitar la libertad NO hace realmente su vida más segura.
bubuja: realmente no es como dices, porque las leyes actuales no prohiben hacer daño a los demás, sino prevenirlo, pero de manera que al final realmente limitan nuestra libertad. Por ejemplo, la ley auténtica debería ser "Prohibido matar por ir conduciendo imprudentemente", y sin embargo es "Prohibido ir a más de 140". ¿Entiendes la diferencia? Es la diferencia entre leyes que protegen del daño real y leyes que limitan nuestra libertad por miedo.