El claxon que montaba de origen parecía de bicicleta, y por más que le regulases con el tornillito a la membrana, nada de nada. Ridículo. Lo cambié por otro comprado en Calleja (los de Madrid conocemos la tienda) y más de lo mismo. Por eso tras darle vueltas a ver como,y donde lo instalaba, le he metido un claxon de coche de trompetilla (o caracola), y ahora, vaya si se me oye. La única pega es que no le he podido poner el juego completo que consta de dos caracolas, una para pitido grave y el otro para agudo, ya que la ubicación en la moto entre la horquilla bajo el faro y el carenado, además de la araña que lo sujeta no me dejaba.
Aunque lo que verdaderamente me hubiese gustado instalar es la bocina de un camión, si si, como las de las películas americanas, esa que tiene dentro de la cabina una cadena de la que tirar y suena como un barco de vapor.
Vssssss a todos de nuevo, en especial a los King Kones, y a sus matriarcas.

