Pues eso, el pasado sábado aprovechando el solecito le digo a mi costilla que por qué no nos damos un rulo en la moto hasta el Escorial, tomar unas 0,0 y unas tapitas, en plan tranqui.
Lo que parecía un relajante paseo casi se convierte en una desgracia por culpa de una imbécil integral.
Estaba llegando al Escorial por la carretera que viene de Galapagar, cuando decidí que tenía mono de tres o cuatro curvas rápidas, así que en lugar de desviarme en la primera glorieta hacia el pueblo decidí girar en dirección Avila-La Cruz Verde, para luego desviarme hacia El Escoria unos tres kilómetros antes de La Cruz Verde. Si conoceis este pequeño tramo, son unos tres quilómetros, bien asfaltados y con unas curvas rápidas en subida preciosas desde el desvío de La Silla de Felipe II hasta el cruce del desvio al Escorial.
Empiezo a enlazar curvas, a disfrutar de la sensación de deslizarme de ápice en ápice, tumbado ligeramente (los coches pasan cerca y hay que dejarse margen de reacción), con mi mujer agarradita a mí, cuando de repente ..... al salir de una curva ...... me encuentro a un coche metido en mi carril más de un metro y al volante una señora de unos 55 años conduciendo con una mano y hablando con el movil en la otra.
Os podeis imaginar la sensación, un vacío en el estómago, frenada gorda con el trasero, levanto ligeramente la moto y evito el coche por los pelos y mirando de reojo al guardarail. Cuando llego al cruce tuve que parar en el arcén para respirar hondo y recuperar la calma. LA MADRE QUE LA PARIÓ A LA HIJADEPUTA DEL COCHE!!! Casi me mata a mí y lo que más me duele, a mi mujer! Casi acaba de golpe con todo lo que me importa y ni siquiera se ha inmutado.
Se me quitaron las ganas de cañas y casi hasta de la moto.
Mucho cuidado ahí fuera que van a por nosotros!
Vssss.