Aunque la primera Fazer vería la luz en los salones de 1997 en sus más de 9 años de vida se han vendido más de 250.000 unidades. En sus primeros pasos montaba el motor de la súper sport Thundercat, debidamente suavizado para dar un mejor comportamiento en bajos y medios, un bastidor de doble cuna de acero, un efectivo equipo de frenos que derivaba de los modelos mas deportivos de la marca así como un semicarenado que la convertía en una magnífica aliada en los viajes.
Con la presentación de esta nueva Fazer, prácticamente igual a su hermana desnuda FZ1, Yamaha presenta esta súper 1000, pero bajo un nuevo concepto. Se trata de una sport-turismo, con serias connotaciones deportivas, cómoda, con la polivalencia que se necesita de una turística y que además combina la mejor tecnología a un precio realmente contenido.
La Fazer es una moto que bien puede pasar desapercibida por la discreción de sus líneas. Aunque guarda los principales rasgos del modelo al que sustituye, sus ángulos particulares son bien diferentes. Resulta mas vistosa, está mejor acabada y va unida a un remate excelente. Y esto se mantiene sea cual sea el ángulo desde el que se mire. Ya sea el acertado diseño del tubo de escape, su pequeño y respingón colín trasero o su pequeño y bien resuelto cuadro de instrumentos. Aunque ahora parece más grande, las diferencias son mínimas y a pesar de que concede una mayor polivalencia resulta un poco menos habitable.
La Fazer no es una moto cuyo principal objetivo sean los largos viajes y, por eso, terminar cansado después de unas cuantas horas de diversión no significa que su postura de conducción sea incorrecta. Lo cierto es que gracias al diseño del depósito y a un manillar plano de medidas acertadas, el cuerpo se mantiene erguido. La única pega, quizás, pueda estar en unos estribos elevados y un poco atrasados, que buscan en la postura un cierto margen de deportividad y que en carretera pueden hacer que las rodillas se resientan ligeramente. A esto se une, un asiento más bien durito que se ha estrechado bastante buscando la máxima agilidad. La parte ciclo, brilla a gran altura con una dirección muy precisa y unas prestaciones que prometen ser extremas en los rápidos pasos por curva.
El conjunto es agradable y muy manejable en ciudad y, sólo un manillar que no gira lo que se espera, puede restar algún punto, lo que no impide que resulte muy ágil entre los coches y que se desenvuelva francamente bien en pleno atasco.
Otra pega puede producirse al mover la moto en parado ya que aparecen unas estriberas a la altura de la pierna, lo que dificulta las maniobras. Sin embargo, y como ya resulta axioma para este tipo de motos, donde mejor se puede extraer el potencial de sus más de 140 caballos es en carretera abierta, especialmente si hay muchas curvas. Es allí, donde su magnífica mecánica de 4 cilindros en línea se muestra suave, progresiva y con un empuje a medio régimen que ya quisiera para si su hermana, la R1.
Una vez que se abre gas a altos regímenes la cosa se pone de lo más interesante. A partir de las 6.000 revoluciones hay grandes dosis de par y da la sensación de estar más llena que muchas de sus rivales. Se trata de una moto que aguanta en la trazada marcada sin moverse ni un pelo, a diferencia de muchas motos de este tipo, y que resultan ágiles pero a la vez nerviosas.
De hecho, no es la mas ágil en carreteras muy tortuosas y es que es difícil compaginar una extrema agilidad con unas buenas dosis de estabilidad aunque, sin duda, donde más a gusto se encuentra es en zonas mixtas, con curvas enlazadas de radio medio y donde no aparecen problemas para balancearla con rapidez, merced a su ancho y plano manillar y a un excelente centrado de pesos.
En cuanto al equipo de frenos que monta, cuenta como novedad la opción ABS por unos razonables 700 euros. Monta unos enormes discos delanteros ventilados de 320mm, los mismos que la súper deportiva R1, con unas pinzas monoblock marca de la casa y cuatro pistones y aunque en este caso, ni la bomba es radial, ni los latiguillos son metálicos, la respuesta es sobresaliente, sean cuales sean las exigencias.
