No veas. Un poquito de pericia, más un pelín de suerte, más un pelin de instinto, más una mierda como una casa de grande, es lo que le ha pasado a este.
Independientemente de que un poco de suerte si que ha tenido porque el barranco estabA muy muy muy cerquita, el tío sabe perfectamente lo que está haciendo, fijaos en la dirección de las ruedas delanteras, las gira justo hacia donde debe hacerlo y anticipándose a la reacción del coche, y por otra parte como veréis no se ha cortado un pelo, ha seguido igual que llegó, A TODA LECHE.