La temperatura ambiente y del suelo es más baja. Todas las estaciones de servicio tienen sus depósitos bajo tierra. Al estar más fría la tierra, la densidad de la gasolina y del gasóleo es más pequeña. Al contrario pasa durante el día, que la temperatura del suelo sube, y los carburantes tienden a expandirse. Por esto último, si se llena el depósito al medio día, por la tarde o al anochecer, el litro de combustible no será un litro exactamente.
2º Truco: Cuando llenes el depósito, no aprietes la manilla del surtidor al máximo.
Según la presión que se ejerza sobre la manilla, la velocidad del surtidor puede ser lenta, media o alta. siempre el modo más lento y ahorrarás más dinero.
Al surtir más lentamente, se crea menos vapor, y la mayor parte del vertido se convierte en un lleno eficaz. Todas las mangueras surtidoras devuelven el vapor al tanque.
Si llenamos el depósito apretando la manilla al máximo un cierto porcentaje del precioso líquido que entra en el depósito se transforma en vapor y vuelve por la manguera del surtidor al depósito de la estación. Con lo cual, se consigue menos combustible por el mismo dinero.
3er Truco: Llenar el depósito antes de que este baje de la mitad.
Mientras más combustible haya en el depósito, menos aire hay en el mismo. El carburante se evapora más rápidamente de lo que puedas pensar.
Los grandes depósitos cisterna de las refinerías tienen techos flotantes en el interior, manteniendo el aire separado del combustible, con el objetivo de mantener la evaporación al mínimo.
4º Truco: No llenar el depósito cuando se están rellenando los tanques de la gasolinera ni inmediatamente después.
Si llegais a la estación del servicio y veis un camión cisterna que está rellenando los tanques subterráneos de la misma, o los acaba de rellenar, evitar, si se puede, repostar en dicha estación en ese momento.
Al rellenar los tanques, se remueve el combustible restante en los mismos y los sedimentos del fondo. Así que el riesgo de repostar combustible sucio es enorme.

