Una pareja de campesinos va al ginecólogo y habla el marido:
—Mire, dotor, es que tenemos un poblema: mi mujer y yo queremos tener
condescendencia y no podemos, pero no sabemos si es porque yo soy
omnipotente o mi mujer es histérica.
Anteriormente habíamos ido a otro dotor y nos dijo que mi mujer tenía la
vajilla rota y la emperatriz subida, y como, además, la operaron de la
basílica balear, no sabemos si eso puede influir.
También a mí, hace años, me operaron de la protesta, y a lo mejor me han
dejado escuelas en el cuerpo. Nos recomendaron ir a un médico en la
capital, que era muy bueno, y en cuanto entramos en la consulta, había allí
dos ordeñadores conestados a una antena paranoica.
En esa consulta, a mi mujer le hicieron una coreografía, y el médico nos
dijo que no veía nada raro, y nos recomendó que hiciéramos el cojito a
diario.. Entonces,15 días ella y 15 días yo, estuvimos haciendo el cojito,
pero nada.
Nos volvimos para aquí y otro dotor nos recomendó hacer vida marítima más
seguido... y nos fuimos a Tucacas, Higuerote y Margarit y en todas las
playas hacíamos vida marítima, pero nada.
Además, mi mujer hace tiempo tuvo un alboroto y le nació el féretro muerto,
y a lo mejor eso ha influido. Pero yo creo que mi mujer es frigorífica,
porque nunca llega al orégano.