
Pues que decía yo, que los sindicatos están obsoletos tanto es su fondo como en sus formas y razono:
Oyendo el otro día el mensaje casposo, pseudo revolucionario, de los "lideres", me parecía estar oyendo alguna grabación de la RNE sobre los incidentes laborales de 1932, año arriba año abajo; si a eso le sumas que los tres sindicatos "grandes" son, dos adscritos a partidos de corte marxista, y otro anarquista, la cosa se retuerce cada vez más para el que no tenga esa visión política de la vida.
La solución, como casi siempre para nuestra vergüenza, se encuentra en cualquier país vecino, de los que están medio siglo por delante en lo que a conciencia y educación atañe: los sindicatos no son "de clase" desde los años 50, si no que son sectoriales, y no suelen ser amigos de nadie, más que de los trabajadores a los que representan (véase que un sindicato "duro" como el del transporte, no se ha casado con ningún gobierno francés, vamos, que no aguantan una pajilla en los kinders).
La ausencia de identidad política, y la verdadera filiación de "working class" que abanderan, en la que la primera premisa es trabajar y no ser el rey del escaqueo (muchos sindicatos europeos expulsan a sus miembros por expedientes laborales en los que se demuestra que el "compañero" es un perro) y un sistema de desempleo en el que los profesionales deben estar sindicados a una "rama", y no vale decir "este trabajo no me viene bien" , convierte a los sindicatos en algo más que la chicharra llorona de algún partido, si no en verdaderos instrumentos de busqueda, especialización, consolidación, negociación y protección del empleo.
Lo que debe de ser, vaya